Colón volvió al triunfo: venció 1 a 0 a Alm.Brown
Pasaron 43 días desde la última victoria sabalera. Luis Miguel Rodríguez, en su retorno, fue clave porque ejecutó con rapidez un córner y puso la pelota en la cabeza de Jourdan. El equipo de Minella no jugó bien, pero había que ganar sin importar demasiado las formas.
Dos pibes debutantes a la cancha (Zahir Ibarra y Lautaro Gaitán), más Conrado Ibarra, más Yunis, más todo ese candor que despertaba el retorno del Pulga Rodríguez, quizás el último ídolo de la hoy sufrida hinchada sabalera por esta mala campaña. Minella había optado por aplicarle un revulsivo al equipo. Cambio de esquema, otras caras, dos pibes como Gaitán y Yunis en el medio para correr y meter, apuntalando a un bloque ofensivo más adelantado integrado por gente grande en edad, como Jourdan y Bernardi por los costados, el Pulga jugando en libertad y Gigliotti con la obligación de estar metido siempre adentro del área, como lo estuvo en esa última muy buena jugada del primer tiempo, cuando combinaron con rapidez y precisión Bernardi, Jourdan y el cabezazo del Puma que se fue muy cerquita del poste derecho.
Antes de esa jugada, que marcó el cierre del primer tiempo, hubo un gol que nació en la inteligencia y precisión del Pulga, más 45 minutos de un partido muy poco atractivo, con escasez de jugadas de peligro y un equipo –Colón- que dejó la imagen de ser el más pretensioso, aunque no por ello estuvo claro y preciso para manejar la pelota, aún con un jugador apto para el juego como el Pulga, que más allá de sus permanentes intentos de jugar de primera, no tuvo la justeza que siempre se le ha reconocido a su juego.
Primer tiempo
Colón se encontró con un equipo que buscó incomodarlo, como ocurre generalmente con todos los equipos de esta categoría. El lugar en el que Colón encontró más espacios y claridad fue por izquierda, con la subida de Conrado Ibarra y con la predisposición de Bernardi para tratar de poner la pelota contra el piso y así intentar darle al equipo algo de juego. Fueron de lo mejorcito de ese primer tiempo deslucido en el trámite y también en la actuación de los dos equipos.Llegando a la media hora, apareció la jerarquía y viveza del Pulga. Córner para Colón, una defensa (la del rival) todavía desatenta y con reproches mutuos entre sus integrantes, rápida ejecución del Pulga al primer palo y la aparición de Jourdan para agacharse y meter el cabezazo que se introdujo por el segundo palo del arquero Galván.
Fue la mínima ventaja que logró sacar Colón en ese primer tiempo casi sin atractivos, con muchas equivocaciones por parte de los dos, también imprecisiones y una ausencia notoria de situaciones de peligro frente a los arcos. El partido nunca se “rompió” en aquellos primeros 45 minutos. Y eso justamente fue lo que pasó en el arranque del complemento.
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Segundo tiempo
Ya a los 2 minutos, el Pulga capitalizó un error defensivo y se metió al área con pelota dominada, amagó primero el remate, dejó en el camino a un defensor, intentó lo mismo con un segundo rival que salió a marcarlo y la pelota rebotó pero le quedó a Bernardi, que remató buscando el segundo palo pero encontrándose con una gran reacción del arquero. Era el segundo y seguramente se liquidaba el partido.
Ya Minella había realizado la primera modificación en el entretiempo: a la cancha Soto por un Thaller que jugó en inferioridad física varios minutos del segundo tiempo. Y el partido era otro, porque Almirante abandonaba esa línea de cinco defensores con la que arrancó, debía arriesgar en búsqueda del empate y Colón tenía los espacios que le habían faltado en el primer tiempo. O no había podido generar.
Viendo que ya no era el partido tan cerrado y trabado del primer tiempo, Minella decidió incluir a Taborda por Jourdan, buscando seguramente la rapidez y la frescura del “Grillito” para intentar el desequilibrio por el sector derecho del ataque sabalero. Previo a ello, Villalba había cabeceado desviado ante la pasividad defensiva de Colón, en la única jugada de gol que había tenido Almirante hasta ese momento.
Y al mismo tiempo, Minella tuvo que agotar los cambios. Hubo dos que estaban previstos en ese momento (iban 28 minutos del complemento) y eran los de Castro por Gigliotti y Lago por Bernardi. Pero en el mismo instante, Gaitán se tiró al piso –extenuado- y pidió salir. Por eso, entró Talpone en reemplazo de uno de los debutantes. Y al toque, Colón lo pudo liquidar. Taborda desbordó por derecha, metió el centro atrás y Lago, en su primera intervención, metió un cabezazo que fue a las manos de Galván.
Colón dejó de tener control y supremacía del partido cuando se dieron los cambios. Y tuvo un final de cierto sufrimiento. No solo porque le costó a los que entraron, en Colón, meterse en el partido, sino porque se adaptaron más rápidamente los de Almirante, que sin llegar a cambiarle por completo la cara al equipo, lo hicieron más frontal. Hasta dio la impresión –Colón- de quedar desequilibrado peligrosamente en algunas jugadas, aunque Almirante no las aprovechó, producto de sus enormes limitaciones.
El final fue de tensión, con un cierre a puro nervios y desahogo cuando Bryan Ferreyra pitó el final del encuentro. ¿Cómo jugó Colón?, flojito con la pelota pero con actitud. Marcó algunas pocas diferencias sobre el rival como para justificar el resultado. Era una victoria necesaria. No importaban demasiado las formas. Tampoco se podía esperar que el equipo pase de jugar muy mal como lo venía haciendo, a jugar muy bien. Hubo actitud y ganas, más la inteligencia y ese aura del Pulga Rodríguez, que puso un centro preciso (algo que no siempre tuvo en los tiros libres que ejecutó) para ponerle la pelota en la cabeza a Jourdan y generar esta bocanada de aire fresco en ese clima enviciado en el que vive el Colón de los últimos tiempos.
Enrique Cruz-El Litoral
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