Nueva derrota de Unión SF y previsible eliminación de la Copa Sudamericana
El Tatengue perdió 1-0 en el 15 de Abril, sumó su segunda derrota consecutiva como local y quedó sin chances en el Grupo E. Otro gol sobre el cierre y una imagen preocupante de cara al segundo semestre.
Madelón dijo luego del partido con Palestino que “nosotros necesitamos crear siete u ocho situaciones para convertir un gol”. Pues esto que vio en el anterior partido, se repitió en un primer tiempo en el que Unión fue dueño y señor, jugando mejor que Mushuc Runa, pero que terminó sufriendo en el final de la etapa un gol que se convirtió en un castigo, injusto es verdad, pero castigo al fin.
Es tan viejo como el fútbol mismo: “los goles que se erran en el arco de enfrente se sufren en el propio”. Y así fue. Mushuc Runa arrancó el partido con la idea de jugarle de igual a igual a Unión. Y a Unión le vino bien, porque los volantes encontraron espacios para dominar la situación y así se crearon situaciones muy propicias en las que se fallaba de una manera poco entendible en la definición.
Y lo peor de todo es que no fue figura el arquero. Formento apenas tuvo que intervenir en un par de ocasiones y punto. En la mayoría de las situaciones claras, Unión le erró al arco. Colazo tuvo dos, por ejemplo, que las tiró afuera desde una posición inmejorable, adentro del área y sin marcas agobiantes a la vista.
Y lo mismo pasó con Gamba. Frente a esa falta de contundencia, Mushuc Runa no solo respiraba, sino que sabía que podía aprovecharse en el arco de enfrente.
Y así fue en el cierre del primer tiempo, cuando Orejuela desbordó adentro del área por derecha y metió un centro rasante, un “buscapié” que encontró, precisamente, el pie de Caicedo para empujar la pelota al fondo del arco y aumentar el nivel de impaciencia de la gente, enojada por las oportunidades malogradas por Unión y por esa situación que supo aprovechar un rival desbordado en el juego, pero que se fue al descanso ganando injustamente el partido con la sola virtud de la contundencia.

De arranque, Madelón buscó en el segundo tiempo un poco más de frescura y también de remate desde afuera con el ingreso de Verde en reemplazo de un intrascendente Fragapane (uno de los que ha desilusionado por las expectativas creadas con su vuelta al club).
Más allá de ese cambio en el medio, está claro que el gran déficit de Unión estuvo en los últimos 15 metros de la cancha y por eso se fue al descanso perdiendo y silbado por la gente.
Por derecha se veía lo mejor del equipo. Fue interesante la sociedad que gestaron Lautaro Vargas (el mejor de Unión en la parte inicial) con Del Blanco, que se estacionó por el costado derecho durante todo el primer tiempo y no cambió en el arranque del segundo tiempo.
No fue bueno el comienzo de la parte decisiva para Unión. Permitió que Mushuc Runa empareje el trámite y se anime a atacar, porque la realidad es que la idea ofensiva estuvo siempre en el plan de los ecuatorianos, pero le costó ejecutarla porque el primer tiempo fue casi todo de Unión, menos el resultado.
A partir de los 10 minutos, Unión volvió a empujar al rival contra su propio arco. Primero fue Verde con un remate desde afuera que sacó Formento junto al poste derecho y luego un buen pse largo de Vargas a Colazo, que el delantero terminó rematando de manera débil y a las manos del arquero.
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Sobre los 25 minutos, Madelón puso a Diego Díaz por un Colazo que se fue entre aplausos y silbidos; aplausos para premiar el esfuerzo pero silbidos por este “mal de goles” que tienen los delanteros rojiblancos. El paso de los minutos favorecía los intereses de la visita y aumentaba la desesperación de un Unión que le ponía ganas y esfuerzo, pero que todo se diluía a medida que se acercaba al área adversaria. Y redobló la apuesta cuando sacó a Paz y puso a Estigarriba para terminar con tres en el fondo y tres delanteros.
No alcanzaba con el despliegue y algunas jugadas de Del Blanco (lo mejor de Unión junto con Vargas) y de las ganas del resto. Unión seguía con el arco cerrado, inclinando el juego hacia el arco de Formento pero sin lo que necesitaba, que era el gol.

El último manotazo de Madelón fue con los ingresos de Lavezzi (su padre estuvo en la cancha) y Gerometta por Gamba (otro de los que se fue aplaudido) y Vargas.
El final, como era previsible, fue con silbidos generalizados del público. Un fracaso, como fue un fracaso la actuación en la Liga. Errático en todo. Y una pérdida de jerarquía de la que el ex técnico y el presidente se tienen que hacer cargo.(Enrique Cruz- El Litoral)
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