Con la muerte del Papa Francisco, se activó en el Vaticano el riguroso protocolo que guía el camino hacia la elección del nuevo Sumo Pontífice. Mientras los cardenales menores de 80 años se preparan para el cónclave en la Capilla Sixtina, una reciente producción cinematográfica revive con precisión ese proceso lleno de simbolismo, tensión y secretos.

Se trata de Cónclave, una película dirigida por Edward Berger (Sin novedad en el frente), que se convirtió en una de las favoritas de los Oscar 2025. Obtuvo ocho nominaciones y ganó la estatuilla al Mejor Guion Adaptado. El film es una adaptación de la novela homónima de Robert Harris y tiene como protagonista a Ralph Fiennes, acompañado por un elenco de lujo: Stanley Tucci, John Lithgow, Isabella Rossellini y Lucian Msamati.

La historia sigue al cardenal Lawrence (Fiennes), encargado de reunir al Colegio Cardenalicio tras el fallecimiento del Papa. En medio del aislamiento absoluto del cónclave, surgen disputas internas entre los distintos candidatos: el liberal Bellini (Tucci), el conservador Tedesco (Sergio Castellitto), el poderoso Tremblay (Lithgow), el popular nigeriano Adeyemi (Msamati) y el misterioso Benítez (Carlos Diehz), un outsider que llega desde Kabul.

La película retrata de forma ágil y con altas dosis de suspenso el ritual vaticano: desde las fumatas negras hasta el humo blanco que anuncia al nuevo Papa, pasando por los dilemas morales, el choque de visiones sobre el futuro de la Iglesia y un inesperado giro final que reconfigura el panorama religioso.

Cónclave está disponible para alquiler en Apple TV+ y aún se proyecta en algunos cines de España. Su estreno en Estados Unidos coincidió con las elecciones presidenciales, lo que potenció su comparación con una contienda política cargada de estrategias, alianzas y traiciones.

Ahora, con la realidad superando a la ficción, Cónclave se vuelve una opción ideal para comprender —desde una mirada dramatizada pero rigurosa— cómo se elige al nuevo líder espiritual de más de mil millones de católicos.