Cómo alejar a las hormigas del jardín sin usar químicos: seis métodos naturales y efectivos
Mantener tu jardín libre de hormigas sin productos tóxicos es posible. Con ingredientes comunes que tenés en casa, podés proteger tus plantas y cuidar el ambiente.
Las hormigas, aunque pequeñas e inofensivas a simple vista, pueden convertirse en un verdadero problema en el jardín. Además de debilitar las plantas, suelen actuar como aliadas de plagas como pulgones y cochinillas.
Y si la colonia crece demasiado, incluso pueden trasladarse al interior del hogar. Por eso, es clave actuar a tiempo, pero sin recurrir a productos químicos que dañen la salud del jardín.
A continuación, te presentamos seis métodos naturales y muy efectivos para mantener a las hormigas lejos de tus plantas, sin afectar el ecosistema de tu espacio verde.
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1. Trampas adhesivas para árboles
Colocar anillos adhesivos alrededor del tronco de los árboles impide que las hormigas asciendan hacia las hojas y frutos. Estas trampas son ecológicas, resistentes al agua y pueden durar hasta seis meses sin necesidad de mantenimiento.
2. Especias repelentes
La canela molida, la cúrcuma, la pimienta y la cayena son especias con aromas intensos que las hormigas encuentran desagradables. Espolvorearlas en caminos o alrededor de las plantas puede ser un disuasivo efectivo.

3. Infusión de ajo
El ajo, conocido por su potente olor, puede convertirse en un excelente repelente natural. Se recomienda triturar varios dientes, dejarlos reposar en agua por 24 horas, hervir la mezcla, dejarla enfriar y aplicarla con un pulverizador sobre las zonas afectadas.
4. Bicarbonato de sodio
Espolvoreado alrededor de las plantas, el bicarbonato no solo aleja a las hormigas sino que también mejora la calidad del suelo gracias a sus propiedades antimicrobianas.
5. Cáscaras de cítricos
Trozos de cáscaras de naranja o mandarina esparcidos cerca de las plantas desprenden un aroma que resulta repulsivo para las hormigas. Además, al descomponerse, actúan como fertilizantes naturales.
6. Vinagre blanco
Una mezcla de vinagre blanco y agua (en partes iguales) aplicada con un rociador ayuda a borrar las feromonas que las hormigas utilizan para orientarse, dificultando su retorno al lugar.
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