Encanto rural: descubrí un "pueblito" único escondido en el Conurbano bonaerense
A pocos kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, con menos de 200 habitantes, se convierte en una opción ideal para escapadas de descanso total.
A solo unos kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, cada vez más pueblos y destinos cercanos se posicionan como opciones ideales para hacer escapadas de fin de semana. Es en este contexto que se vuelve fundamental conocer cuáles son aquello que invitan a desconectarse de la rutina diaria y disfrutar del aire libre.
Dentro de la amplia oferta, este rincón escondido del partido de Bolívar es una joya poco conocida que sorprende por su tranquilidad y la propuesta auténtica que hace para aquellos turistas que llegan en búsqueda de paz o relax.
Rodeado de naturaleza y con amplios espacios al aire libre, es ideal para pasar un día diferente en familia. Además, cuenta con dos clásicos bodegones de campo donde se puede saborear comida casera de verdad, con recetas tradicionales que conquistan desde el primer bocado.
Descubrí el pueblito bonaerense que casi nadie conoce, pero esta cerquita de CABA
Si todavía no sabés qué hacer el próximo fin de semana, Hale puede ser ese destino inesperado que te va a dejar sin palabra porque es considerado una perlita perdida en el partido bonaerense de Bolívar y guarda un encanto único que combina buena gastronomía, paisajes tranquilos y rincones llenos de historia.
En términos generales, podemos mencionar se trata de un pequeño paraje rural con menos de 200 habitantes y que invita a cortar con la rutina gracias a sus grandes espacios verdes, los cuales son ideales para visitar en familia o pareja.

La principal virtud es que se encuentra a solo 309 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y a unos 45 minutos de la cabecera del partido. Asimismo, vale la pena mencionar que está en la cercanía de otros pueblos rurales que también son muy hermosos como Urdampilleta, Olavarría, Sierras Bayas, entre otras.
El viaje desde Capital Federal lleva poco más de cuatro horas, pero es sumamente fácil llevar. Simplemente, se sale por la Autopista Riccheri y se empalma con la Ezeiza Cañuelas. Donde finaliza dicho camino, se continúa por la Ruta Nacional 205 hasta el kilómetro 275. Una vez que se llega a ese punto, se ingresa por el camino provincial que pasa por dicho sitio.

En cuanto a los atractivos turísticos, la oferta gastronómica honra las tradiciones con platos 100% caseros. De hecho, en el corazón del pueblo late fuerte en dos bodegones de campo que se han convertido en verdaderos puntos de encuentro para locales y turistas.
Uno de ellos funciona en la vieja panadería del pueblo y se destaca por su cocina variada: carnes asadas, hamburguesas veganas, postres caseros, masas dulces y un menú de autor que cambia con las estaciones. También cuenta con una vinoteca que reúne etiquetas de distintas regiones del país, sumando un valor especial a la experiencia.
El segundo se levanta donde alguna vez hubo un tradicional almacén de ramos generales. Allí, el plato estrella son las pastas de estilo italiano, acompañadas de las infaltables minutas argentinas. Ambos espacios rescatan recetas familiares que se transmiten de generación en generación, haciendo de cada comida una celebración de la identidad rural.

Pero Hale no es solo comida. Sus calles, casi detenidas en el tiempo, conservan postales que narran el pasado ferroviario del lugar. Entre los imperdibles del recorrido se encuentran su pintoresca capilla dedicada a la Virgen de Luján, la vieja estación de tren que hoy funciona como museo, las construcciones de estilo campestre y el clásico Club de Hale. La Plaza San Martín, con juegos para chicos y bancos bajo la sombra, completa un paisaje de tranquilidad que invita a quedarse.
Además, Hale invita a conectarse con la naturaleza en cualquier época del año. Sus paisajes se visten de encanto con extensos campos bordeados por antiguas arboledas que regalan sombra y serenidad. El camping municipal, rodeado de verde y silencio, es ideal para pasar la noche bajo un cielo estrellado que parece sacado de una postal.
Para quienes buscan una experiencia distinta, algunas estancias del lugar abren sus puertas y permiten vivir el campo desde adentro, con hospitalidad y tranquilidad garantizadas. En estos espacios, se ofrece desde paseos en caballos hasta visita a las cosechas o degustaciones.
Puede interesarte
cronica
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión