“La fe sin obras es muerta”: la historia de los vecinos que patrullan el Puente Belgrano para salvar vidas
Gustavo Almirón y Rocío Telechea lideran "Los Ángeles del Puente", un grupo que desde hace más de un año patrulla el puente General Belgrano para prevenir suicidios. Ya evitaron 78 intentos.
Ciudad de Corrientes y Resistencia (Chaco) están unidas por el Puente General Belgrano, una imponente estructura que se convirtió en símbolo... pero también en lugar de tragedias silenciosas.
Allí, Gustavo Almirón y Rocío Telechea, decidieron transformar el dolor en acción: crearon el grupo “Los Ángeles del Puente”, una red de voluntarios que patrulla el puente todos los días con un solo objetivo: salvar vidas.
“El 6 de agosto de 2023 comenzamos a patrullar. Lo que al principio fue una respuesta espiritual ante un problema social, hoy se convirtió en una misión diaria que ya logró evitar 78 suicidios”, contó Gustavo en diálogo con Radio Rafaela.
Detrás de cada intento, una historia de dolor
El disparador fue una inquietud constante que llegaba desde la comunidad: la creciente cantidad de personas con depresión o que atravesaban situaciones límite, muchas veces con el puente como escenario final.
“Empezamos orando, pero entendimos que la fe sin obras es muerta. No podíamos quedarnos adentro de la iglesia”, explicó Rocío. Fue entonces cuando comenzaron a recorrer el puente y difundir un número de contacto para quienes necesitaban ayuda o simplemente hablar.
Gustavo, al analizar estadísticas, advirtió que en el norte argentino las muertes por suicidio superaban a las de accidentes de tránsito en 2020, y que el puente de Corrientes era un foco de atención, aunque no existieran datos oficiales.
Turnos, patrullas y prevención
El equipo se organiza en turnos de cuatro personas cada dos horas, con dos voluntarios arriba del puente y dos en la base, para interceptar a quienes suben en estado vulnerable.

“La idea es estar antes. Que esa persona, al vernos o al recibir un ‘¿cómo estás?’ pueda abrirse, contar lo que le pasa, sentir que hay otra opción”, explica Almirón.
Además del acompañamiento espiritual, ofrecen contención, derivaciones y acompañamiento emocional. “La bandera argentina flamea en nuestra base porque esto no es un problema de Corrientes: el suicidio es una pandemia silenciosa que afecta al país y al mundo”, remarcan.
Una red que crece y una lección de vida
“Lo más fuerte es cuando te encontrás con alguien a quien ayudaste y te dice ‘gracias, hoy tengo un hijo, tengo trabajo, sigo vivo’”, contó emocionado Gustavo. “Eso hizo un clic en nosotros. Entendimos que podíamos orar... pero también teníamos que actuar”.

Con el tiempo, “Los Ángeles del Puente” se convirtieron en un faro de esperanza, en un puente simbólico entre la desesperación y la posibilidad de un nuevo comienzo. Los voluntarios invitan a quienes quieran colaborar a sumarse al grupo. “No importa tu religión, importa tu compromiso”, explican. La organización se sostiene con aportes voluntarios y donaciones.
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