No las tires: el truco con cáscaras de banana que mejora el crecimiento de tus plantas
Colocar las cáscaras en un frasco con agua genera un fertilizante natural y económico que puede reemplazar productos químicos. Cómo prepararlo y qué tener en cuenta.
Aunque suelen terminar en la basura, las cáscaras de banana pueden convertirse en un fertilizante líquido natural, ideal para nutrir las plantas del hogar. El truco, cada vez más popular entre amantes de la jardinería, consiste en sumergir las cáscaras en agua durante algunos días para extraer sus nutrientes esenciales.
La banana es rica en potasio, fósforo y magnesio, minerales esenciales para el fortalecimiento de raíces, el desarrollo de hojas y la floración de las plantas. Al dejar las cáscaras en remojo, estos componentes se liberan al agua, transformándola en un suplemento ecológico y casero.

¿Cómo preparar el fertilizante?
Seguí estos pasos para hacer tu propio fertilizante con cáscaras de banana:
- Reuní las cáscaras: después de consumir la fruta, colocá las cáscaras en un frasco grande.
- Agregá agua: llená el recipiente hasta cubrirlas por completo.
- Dejá reposar: esperá entre 48 y 72 horas para que los nutrientes se liberen.
- Usá el líquido: regá tus plantas directamente con esa agua. Podés repetir el proceso cada vez que tengas nuevas cáscaras.
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Beneficios de este fertilizante natural
- Favorece el crecimiento y la floración.
- Es económico y sustentable, aprovechando residuos orgánicos.
- Reduce el uso de químicos en la jardinería doméstica.
Cuidados y errores comunes
- No dejes las cáscaras más de tres días en agua: puede fermentar, generar olor y atraer insectos.
- No sobredosifiques en macetas pequeñas: podrías dañar las raíces.
- No mezcles con fertilizantes químicos: mejor aplicar por separado.
- Evitá regar flores u hojas directamente con este líquido.
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