El cura argentino Gabriel Romanelli fue herido en un bombardeo israelí en Gaza
El ataque impactó en la Iglesia de la Sagrada Familia, el único templo católico en la Franja, donde se refugiaban cientos de civiles. Murieron al menos tres personas. El sacerdote tiene heridas leves.
En medio del conflicto que azota a la Franja de Gaza, un bombardeo israelí alcanzó el miércoles por la mañana la Iglesia de la Sagrada Familia, el único templo católico de la región. El ataque dejó un saldo trágico: al menos tres muertos y varios heridos, entre ellos el cura argentino Gabriel Romanelli, quien sufrió lesiones leves en una pierna.
Un refugio bajo fuego
La Iglesia de la Sagrada Familia en Ciudad de Gaza no solo es el único templo católico del enclave, sino también un centro de contención humanitaria. Allí se refugiaban unas 600 personas, en su mayoría mujeres, niños y personas mayores, que huían de los intensos combates en la zona.
El proyectil impactó directamente en un edificio dentro del complejo de la iglesia, provocando la muerte de una mujer de 84 años y un conserje de 60, además de dejar a otras personas heridas de gravedad. El padre Romanelli fue alcanzado por una esquirla y atendido en el lugar. A pesar del susto, su estado no reviste gravedad.
Un sacerdote argentino en Gaza
Gabriel Romanelli, de 55 años y oriundo del barrio porteño de Villa Luro, reside en Gaza desde hace casi tres décadas como miembro del Instituto del Verbo Encarnado (IVE). Con fluidez en árabe y profundo arraigo en la comunidad, se convirtió en un referente para los cristianos locales y en una figura cercana al Papa Francisco.
Durante los meses más crudos del conflicto, Romanelli mantenía una rutina de comunicación diaria con el pontífice, quien lo llamaba cada noche para conocer de primera mano la situación de los refugiados. Esa conexión hizo aún más simbólico y doloroso el ataque para el Vaticano.
Condena internacional
El Patriarcado Latino de Jerusalén emitió un comunicado en el que denunció el ataque como una grave violación del derecho internacional y de la santidad de los lugares de culto. “Este bombardeo representa una afrenta a la misión humanitaria que la Iglesia cumple en medio del sufrimiento civil”, señalaron.
Las Fuerzas de Defensa de Israel informaron que investigan lo sucedido. Afirmaron que el objetivo del ataque eran milicianos de Hamás ocultos en áreas civiles, pero aseguraron que harán todo lo posible para esclarecer los hechos y minimizar daños a civiles y sitios religiosos.
Desde Roma, el Papa León XIV expresó su "profunda tristeza" por lo ocurrido y reiteró su llamado a un alto el fuego inmediato. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, también se sumó a la condena calificando la acción como “inaceptable”.
Una comunidad devastada
El ataque a la Iglesia de la Sagrada Familia no solo destruyó parte de un edificio sagrado, sino que golpeó duramente a una comunidad ya frágil, que encuentra en ese lugar uno de sus pocos espacios de contención y asistencia. Romanelli, símbolo de resistencia y diálogo, continuará su labor mientras se recupera de sus heridas.
La situación humanitaria en Gaza sigue siendo desesperante. El bombardeo al templo católico refleja una escalada de violencia que no distingue entre objetivos militares y civiles, y pone nuevamente en foco la necesidad urgente de una solución política y pacífica al conflicto.
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