El refugio de invierno, una opción para la gente en situación de calle: "No es solo un techo, es una propuesta de dignidad”
Gabriel Cáceres, secretario de Desarrollo Humano y Salud, explicó a Radio Rafaela cómo funciona el dispositivo y cuál es su verdadero alcance social.
Con la llegada de las bajas temperaturas, el Refugio de Invierno de Rafaela que se encuentra en comenzó a funcionar con una doble misión: proteger del frío a quienes viven en situación de calle y brindar contención social, sanitaria y emocional.
Así lo explicó a Radio Rafaela el secretario de Desarrollo Humano y Salud, Gabriel Cáceres, quien subrayó que el abordaje no se limita a "dar un lugar para dormir", sino a trabajar sobre las causas estructurales del problema.
Menos personas que el año pasado, pero más desafíos sociales
Cáceres señaló que, tras un relevamiento comparativo, se detectaron menos personas en calle que en 2023, aunque muchas presentan situaciones crónicas agravadas por consumos problemáticos o fragilidad emocional. “Estamos en el 50% de la capacidad del refugio, pero cada caso requiere un seguimiento específico”, advirtió.

Uno de los casos destacados fue el de un hombre que vivía crónicamente en una esquina poco visible de la ciudad y que aceptó ingresar al refugio apenas se le propuso. También hay usuarios que asisten al centro de día DIAT durante el día y por la noche encuentran cobijo en este espacio.
¿Quiénes pueden ingresar? Evaluación y condiciones
Para acceder al refugio, cada persona pasa por una evaluación sanitaria y social. Esto permite identificar si se trata de alguien que realmente vive en la calle o si se trata de una situación transitoria, como puede ocurrir con personas atravesadas por el consumo que, eventualmente, no llegan a sus casas.

“Nos ha pasado que nos llaman por una persona en la calle y al abordarla nos cuenta que solo necesitaba descansar unas horas. En muchos casos, logramos reestablecer el contacto con la familia y acompañar el regreso”, relató Cáceres.
Además, el espacio tiene un reglamento básico de convivencia: no se permite el ingreso bajo efectos de sustancias y se exige respeto a normas mínimas de orden. “Algunos no adhieren justamente por eso. Pero el espacio no es solo un techo, es una propuesta de dignidad”, afirmó.

Cáceres también puso en valor el compromiso del equipo de trabajadores sociales y de salud que sostienen el refugio. “Muchos vienen de gestiones anteriores, conocen a las personas, tienen un historial de acompañamiento y muchas veces se sienten dolidos cuando escuchan que 'nadie hace nada'. El trabajo existe, aunque no siempre se vea”.
Un enfoque integral, más allá del frío
De acuerdo a lo que dijo Cáceres, el Refugio de Invierno es más que una respuesta ante las bajas temperaturas. Es un dispositivo pensado para detectar, acompañar y dar respuestas reales a problemas sociales complejos.
"El trabajo está, es un trabajo invisible, es un trabajo tedioso y que la mayoría de las veces, desde lo social, estamos acostumbrados a que podemos fracasar y que hay que volver a empezar", concluyó.
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