Rafaela se movilizó a 10 años del primer Ni Una Menos: “Esto no terminó, la lucha sigue”
Referentes de la Asamblea Feminista de Rafaela pintaron un banco con la consigna que marcó una década de lucha contra la violencia machista. También expresaron su preocupación ante los retrocesos impulsados por el Gobierno Nacional.
Este lunes, en el corazón de la Plaza 25 de Mayo de Rafaela, un grupo de mujeres y disidencias nucleadas en la Asamblea Feminista llevó adelante una intervención artística y política para conmemorar los 10 años del grito colectivo que transformó la historia reciente del país: Ni Una Menos.
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“Queremos visibilizar la violencia de género y vamos a leer un documento. La idea es también solidarizarnos con otras luchas que se están dando en este momento en el país”, expresó Alejandra, una de las voceras de la organización.
Entre esas luchas mencionó “los reclamos de los jubilados, el tema de discapacidad, el tema salud, el tema educación”, y recordó que “en todos esos ámbitos las mujeres y las disidencias están presentes y muchas veces son quienes más violencia sufren”.
Memoria activa, logros y alertas
Con profunda convicción, Alejandra destacó el recorrido histórico del movimiento: “Estuvimos rememorando lo que fueron estos 10 años de Ni Una Menos. Trabajamos en educación y vimos el movimiento en las escuelas, con jóvenes que por primera vez hablaban del tema en las aulas”.

“El impulso fue esa necesidad de salir a la calle luego del femicidio de una joven en Rufino. Lo que más nos emocionaba era escuchar a nuestras ex alumnas —y también a los varones— decir que por primera vez se animaban a hablar de esto”, compartió. Pero también advirtió: “Se logró mucho, pero también se peligra de perder. Es fundamental defender los derechos conquistados por tantas luchas colectivas”.
Una intervención simbólica que permanece
Por su parte, Ivana, otra de las integrantes de la Asamblea, explicó el sentido de la acción artística realizada: “Se nos ocurrió hacer un banco, pintarle la frase ‘Ni Una Menos’ y que pueda permanecer en un espacio público. Queríamos que fuera un símbolo con impacto, algo que nos recuerde que esto no terminó, que la lucha sigue”.
El banco intervenido fue instalado en un sector de la plaza con gran circulación de personas, como recordatorio de que la violencia de género no es una problemática resuelta. “Hay un montón de cuestiones que tenemos que seguir revisando y trabajando”, insistió Ivana.
Una década que cambió conciencias
La movilización y la intervención artística fueron acompañadas por la lectura de un documento colectivo y una reflexión sobre el momento actual. “Frente a un gobierno que evidentemente está decidido a ir contra todos los derechos, tenemos que unirnos más que nunca”, plantearon desde la Asamblea, al tiempo que invitaron a nuevos encuentros para sostener el compromiso y seguir conquistando derechos.
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