Intentaron faenar una vaca y le dejaron un cuchillo clavado: “Esperemos que los jueces tomen cartas en el asunto”
El establecimiento rural “Eda Cata” fue blanco de un nuevo ataque en la madrugada del martes. Intentaron faenar una vaca valuada en más de 3 millones de pesos.
Un hecho de extrema violencia se registró este martes en un establecimiento ubicado en el sur de Rafaela, a pocos metros de la continuación de calle Río de Janeiro y a menos de seis kilómetros del centro de la ciudad. Los productores encontraron a una vaca caminando con un cuchillo clavado en la nuca, tras lo que habría sido un intento fallido de faena clandestina dentro del tambo.
Afortunadamente, el animal sobrevivió al ataque. Poco más tarde, recibió las curaciones correspondientes por parte de un veterinario y los encargados del establecimiento. Tuvieron que realizarle una sutura para garantizar la correcta evolución de la herida.
Se trata de una vaca Holando Argentino, una de las productoras más importantes del tambo, con una producción diaria de 38 a 40 litros de leche y valuada en más de 3 millones de pesos.
En diálogo con Radio Rafaela, Germán Belinde, uno de los productores afectados contó que “el animal amaneció bien este miércoles. Por fortuna no le afectó ninguna arteria ni músculo, el corte fue entre cuero y carne”. Y en esa línea anexó que también está bajo tratamiento con antibióticos.

Un problema recurrente en la zona periurbana
El ataque no es un hecho aislado. Los productores rurales de Rafaela y la región denunciaron hechos de inseguridad de manera constante, que van desde el robo de baterías de tractores y pantallas solares hasta el abigeato y la destrucción de alambrados.
“Hace un par de años nos atacaron la granja y mataron más de 50 animales. Es un día a día. Hoy es una vaca, mañana son postes de alambrado, y pasado una batería de tractor”, relató Gustavo Belinde, productor del mismo espacio.
Puede interesarte
El alto costo de protegerse
Para tratar de prevenir más ataques, hace ya meses en el establecimiento que instalaron cámaras de seguridad y contrataron vigilancia privada todas las noches. Sin embargo, esto representa un costo significativo.
“Cada medida de seguridad es un gasto más. Antes de la pandemia ya teníamos una empresa de seguridad y ahora tuvimos que reforzarla. ¿Hasta cuándo podemos seguir sumando costos?”, se preguntaron los productores.

Un pedido de cambios en la legislación
El caso reaviva la discusión sobre la necesidad de modificar las leyes de abigeato, que aún consideran estos robos como delitos menores motivados por el hambre. “Esperemos que los políticos y los jueces tomen cartas en el asunto. La ley de abigeato es antiquísima y ya no se ajusta a la realidad. En muchos casos no es por hambre, es por daño o por negocio”, denunció Gustavo.
Mirá la nota completa:
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión