Crisis en la láctea Verónica: sueldos impagos, caída productiva y 700 empleos en riesgo

La empresa láctea Verónica, con sede en Lehmann y plantas en Suardi y Totoras, atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia. La firma, que desde 2016 arrastra problemas financieros, enfrenta nuevamente serias dificultades para cumplir con sus compromisos más elementales: pagar los sueldos en tiempo y forma.

Actualmente, los trabajadores solo cobraron el 40% de su salario correspondiente al mes de abril, y lo hicieron mediante pequeñas cuotas diarias o semanales, profundizando la angustia de más de 700 familias que dependen de la firma. "Si bien antes nos pagaban en cuotas, a esta altura del mes ya habíamos cobrado prácticamente todo", expresaron empleados de la planta en diálogo con medios regionales.

A pesar del contexto, no hay bloqueo de plantas, pero sí una retención de crédito laboral, es decir, los trabajadores continúan en sus puestos sin realizar tareas efectivas, como medida de fuerza frente al incumplimiento.

Suardi: el corazón operativo de una empresa en caída

En la planta de Suardi, donde trabajan 110 personas, 80 de ellas residentes locales, la situación es alarmante. Aunque es la instalación que más leche procesa actualmente (120 mil litros diarios), el volumen dista mucho de los 500 mil litros que gestionaba en sus años de esplendor. En ese entonces, 350 mil se destinaban a leche en polvo y 150 mil a quesos.

La pérdida de productores —pasaron de 200 a solo 70— se explica principalmente por el incumplimiento en los pagos, que la empresa realiza con cheques a 60 días, mientras que otras compañías como Saputo o Savencia lo hacen en tiempo y forma.

El golpe más duro llegó en marzo, con cheques por más de 460 millones de pesos rechazados, lo que generó la huida masiva de tamberos y provocó serias consecuencias en la cadena logística: camioneros con recorridos suspendidos y reducción del ingreso diario de leche.

Producción tercerizada y planta al límite

Hoy, la planta Suardi sobrevive produciendo a fazón —elaborando leche en polvo para otras empresas— y fabricando suero en polvo para Arla Foods, con personal mínimo. La leche que ingresa es derivada a Lehmann, donde la tecnología permite mantener operatividad con menos recursos humanos.

La incertidumbre reina entre los empleados, que no reciben información certera desde la conducción. La falta de modernización de las instalaciones de Suardi complica aún más su futuro ante una posible venta de la empresa.

Con información de Radio Belgrano