El impacto del clima en la campaña agrícola: “La situación es muy diferente a la del año pasado”
El director de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Comercio de Santa Fe analizó en Radio Rafaela la evolución de la campaña y la presencia de chicharritas en los cultivos.
Este 2025, la campaña agrícola en Santa Fe está marcada por condiciones climáticas dispares y la incertidumbre de los productores. Si bien el fenómeno de La Niña quedó atrás, los desafíos persisten con lluvias irregulares, altas temperaturas y la creciente preocupación por la presencia de chicharritas, aunque los especialistas aclaran que la situación dista de ser tan crítica como la del año pasado.
Rubén Walter, director de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Comercio de Santa Fe y docente en la Universidad Católica, explicó en diálogo con Radio Rafaela cómo han cambiado las condiciones en este inicio de 2025 y cómo los productores están adaptando sus estrategias.
Un 2024 marcado por la falta de lluvias
"Venimos de un 2024 donde se cerró un ciclo de tres años con La Niña, lo que significó un fuerte déficit hídrico. La recarga de agua en los suelos comenzó en abril y mayo, lo que permitió sembrar trigo, pero después en agosto, septiembre y octubre volvimos a tener ausencia de lluvias", detalló Walter.

Esta falta de agua afectó especialmente a los departamentos del norte de la provincia, como San Cristóbal, Nueve de Julio, Vera y General Obligado, donde las pasturas naturales no lograron recuperarse y se declaró la emergencia agropecuaria.
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2025: cambios en el escenario climático
El año comenzó con temperaturas extremas y lluvias irregulares, lo que generó un fuerte contraste en las condiciones productivas entre el sur y el norte de la provincia.
"La Autovía 19 marca un límite claro: hacia el sur, incluyendo el norte de Buenos Aires y el sur santafesino, hubo lluvias significativas. Pero hacia el norte de la Ruta 70, las precipitaciones fueron escasas o nulas", precisó el especialista.

Esta situación generó problemas en los cultivos de soja de primera y maíz, que en muchas zonas están siendo utilizados como forraje para sostener la producción lechera ante la falta de pasturas.
"Los productores han tenido que tomar decisiones rápidas: en muchos casos, en lugar de cosechar la soja o el maíz, están picándolos o dejando que el ganado los consuma directamente en el campo para compensar la falta de alimento. Esto cambia completamente los costos y afecta la producción", explicó Walter.
¿Qué pasa con la chicharrita?
En cuanto a la preocupación por el aumento de chicharritas, Rubén aclaró que la situación no es comparable con la del año pasado, cuando el virus del achaparramiento afectó fuertemente al maíz.
"Si bien hay presencia de chicharritas, no estamos en el mismo escenario crítico del año pasado. Hay monitoreos constantes y los productores están tomando medidas preventivas para evitar grandes daños", sostuvo.

El impacto en la producción lechera y ganadera
Las altas temperaturas y la falta de lluvias también están afectando la producción lechera, con una disminución en la calidad del alimento disponible para el ganado.
"Si la calidad del alimento baja, la cantidad de litros de leche producidos también baja. Esto tiene un impacto directo en los ingresos de los productores, ya que se traduce en un menor cheque a fin de mes", advirtió Walter.
Perspectivas para los próximos meses
A medida que avanza el año, la clave estará en la regularidad de las lluvias y en cómo los productores puedan adaptarse a las condiciones cambiantes. "La incertidumbre sigue siendo alta, pero a diferencia del año pasado, la situación no es de emergencia generalizada. Hay que seguir atentos y ajustando estrategias para minimizar el impacto del clima en la producción", concluyó el especialista.
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