Se quisieron pasar de vivas y engañar el control de una cárcel
Una intentó ingresar marihuana a la cárcel de Las Flores escondida en sus zapatillas. La otra quiso pasar un cargador de celular oculto en unas facturas en la subcomisaría de La Guardia.
Una mujer fue sorprendida cuando pretendía ingresar marihuana a la cárcel de Las Flores escondida en sus zapatillas. Horas antes, otra intentó pasar un cargador de celular oculto en unas facturas en la subcomisaría de La Guardia.
Ambos episodios, ocurridos con pocas horas de diferencia, volvieron a poner en escena la constante lucha de las fuerzas de seguridad para evitar el ingreso de estupefacientes y elementos prohibidos a instituciones carcelarias y policiales.
Zapatilla rara
El primero de los hechos se registró alrededor de las 15.30 del miércoles, en la Unidad Penal N° 2 de Las Flores, ubicada sobre avenida Blas Parera al 8800. Allí, una mujer de 67 años que se disponía a visitar a un interno fue requisada por personal penitenciario, como es habitual.
Durante el procedimiento, y al revisar las zapatillas que llevaba colocadas, los agentes hallaron una sustancia vegetal escondida entre las suelas. Ante la sospecha de que se tratara de marihuana, se dio aviso a la División de Microtráfico de la Agencia de Investigación Criminal, que realizó la prueba de campo correspondiente, la cual arrojó resultado positivo para cannabis, con un peso total de 9 gramos.
La mujer fue trasladada a Medicina Legal, donde no se constataron lesiones, y más tarde quedó identificada en estado de libertad por infracción a la ley 23.737 (Tenencia de estupefacientes), por disposición del fiscal en turno, Dr. De Pedro. También se dispuso el secuestro de su teléfono celular como parte de la investigación.
En la Guardia
Horas antes, durante la mañana del mismo miércoles, se registró otro hecho llamativo en el distrito costero de La Guardia. Ocurrió en la Subcomisaría 6ta., dependiente de la 6ta Zona de Inspección.
A las 9 de la mañana, con motivo del inicio del horario de visitas femeninas para los alojados en esa dependencia, se presentó una mujer, de 47 años, domiciliada en barrio Santa Rosa de Lima.
Durante la requisa previa, los efectivos descubrieron que la mencionada llevaba un cargador de celular negro oculto en el interior de unas facturas.
El objeto fue secuestrado de inmediato, aunque los agentes no pudieron verificar si también transportaba un teléfono celular oculto en su cuerpo, dado que para preservar su pudor no se efectuó una revisión más invasiva.
La involucrada es madre de un detenido, alojado en esa dependencia.
Ambos casos quedaron documentados y ya se remitieron las actuaciones a las autoridades judiciales correspondientes. Los procedimientos pusieron en evidencia los persistentes intentos de burlar los controles, que muchas veces se valen de métodos insólitos o arriesgados.
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