Un santafesino creyó que chateaba por WhatsApp con una joven, pero terminó extorsionado por un preso
La víctima, un vecino de María Teresa, transfirió $150.000 por temor a una denuncia. El plan fue ejecutado desde una cárcel bonaerense.
Un recluso alojado en la Unidad Penitenciaria 46 de José León Suárez fue condenado este jueves por haber extorsionado a un hombre de la localidad santafesina de María Teresa, tras hacerse pasar por una joven menor de edad en redes sociales y exigirle dinero bajo amenazas.
El imputado, identificado como Dante Gabriel Genestal Jalil, acordó una pena de tres años de prisión efectiva mediante un juicio abreviado, que fue homologado por la jueza Paula Borrello en los Tribunales de Venado Tuerto. La causa fue impulsada por el fiscal Damián Casullo, quien reconstruyó cómo el detenido montó un falso perfil para chantajear a su víctima.
Catfishing tras las rejas
El hecho ocurrió en marzo de 2023. Genestal Jalil creó una cuenta de Facebook con nombre e imagen de una mujer, simulando ser una adolescente. Desde ese perfil inició contacto con el vecino de María Teresa —una pequeña localidad del sur santafesino— con quien entabló conversación y luego lo convenció de continuar el intercambio por WhatsApp.
Tras varios mensajes, el engaño escaló: la supuesta joven advirtió al hombre que lo denunciaría por acoso sexual. Minutos más tarde, el propio Genestal, haciéndose pasar por un policía, lo llamó por teléfono y afirmó que estaba con el abogado de la chica, quien exigía $2 millones para evitar una denuncia penal.
Acorralado y temiendo por su reputación, la víctima accedió a transferir $150.000 a una cuenta bancaria cuyos datos le enviaron por mensaje. También compartió el comprobante del pago. Pero las extorsiones no cesaron. Ante nuevos pedidos de dinero, el hombre decidió acudir a la Justicia y formalizó la denuncia.
La investigación del Ministerio Público de la Acusación permitió rastrear la cuenta falsa y el número de teléfono hasta dar con el autor: un recluso de 40 años, con antecedentes, que además enfrenta otra causa por robo.
Una modalidad que se repite
“En casos como este, la víctima es obligada a disponer de su patrimonio para poder resguardar su honor o evitar la divulgación de un secreto”, explicó el fiscal Casullo. El funcionario remarcó que se trata de una modalidad de estafa conocida como catfishing, que se agrava cuando detrás hay amenazas o suplantación de identidad de autoridades.
El fallo se dictó en el departamento General López y el condenado continuará detenido en Buenos Aires, desde donde organizó toda la maniobra. La causa quedó cerrada con la pena acordada en el procedimiento abreviado.
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