Vandalismo sin límites: cazan un flamenco y lo exhiben como trofeo en Fortín Olmos
Un acto brutal y sin sentido enluta el ambiente en Fortín Olmos: hallaron el lunes un flamenco muerto, atravesado por múltiples disparos y colgado de una rama. La especie, admirada por su belleza y símbolo de los humedales, fue víctima del accionar humano irresponsable en una zona periférica de la localidad.
Todo ocurrió el lunes 23 de junio. El hallazgo se dio en una de las calles que bordea el ejido urbano, donde los árboles son escasos y el movimiento es mínimo. Allí, en un árbol a la vera del camino, colgaba el cuerpo del ave. Estaba muerto, con signos evidentes de disparos. Todo indica que alguien no solo lo mató por el mero hecho de hacerlo, sino que además quiso exhibirlo.
Vecinos y ciclistas que se acercaron al lugar no ocultaron su indignación. “No se puede entender tanta maldad. ¿Qué sentido tiene matar así a un animal tan hermoso?”, dijo un hombre que prefirió no dar su nombre pero que fue uno de los primeros en llegar al sitio.
La víctima alada
El flamenco, una de las aves más emblemáticas de los humedales sudamericanos, es símbolo de equilibrio ecológico. Sus largas patas, su cuello curvado y su plumaje rosado forman parte del paisaje de lagunas y bañados, donde se alimenta de algas, larvas y pequeños crustáceos.
Si bien se los asocia con las alturas del norte argentino –Jujuy, Salta, Catamarca–, es común que estas aves migren en otoño e invierno hacia regiones más bajas, como la zona de Santa Fe. Su presencia, aunque no habitual, es posible en zonas rurales como Fortín Olmos.
La caza furtiva, junto al saqueo de nidos, es una de las principales amenazas para estas aves. Paradójicamente, su belleza es lo que más las expone a la crueldad humana.
Indignación sin respuestas
Hasta el momento, no se ha reportado ninguna denuncia formal ni acciones concretas por parte de autoridades ambientales o fuerzas de seguridad. El hecho quedó flotando entre el estupor y la tristeza.
Algunos vecinos especulan que quien lo mató lo hizo por “diversión” o “para mostrarlo”, como si el animal fuera un trofeo. Lo cierto es que el acto ha dejado una marca profunda en la comunidad. “Esto es violencia pura. Contra el animal, contra la naturaleza, y contra nosotros mismos”, reflexionó una docente que pasó por el lugar y vio la escena.
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