La FISFE advirtió sobre los riesgos de una apertura comercial sin un plan de igualdad con la industria nacional
Mariano Ferrazzini: “Simplemente pedimos las mismas condiciones que tienen nuestros competidores en el mundo.”
En el marco de un encuentro de la Comisión Pyme de la Cámara de Diputados de la Nación, el Tesorero de la Federación Industrial de Santa Fe (FISFE), Mariano Ferrazzini, brindó una exposición en la que se refirió a los desafíos que enfrenta el entramado productivo frente a una apertura económica sin planificación.
Al respecto, advirtió que “volver a implementar un esquema de liberalización comercial sin un plan integral que nivele las condiciones de competencia con el exterior puede generar un daño irreparable sobre el tejido industrial argentino” y afirmó que, si bien el equilibrio fiscal y externo es clave para la estabilidad macroeconómica, alcanzarlo a costa de las capacidades productivas implica costos demasiado elevados.
En el mismo sentido, el referente industrial alertó sobre el fuerte incremento de las importaciones, que crecieron, en cantidades, un 55,4% interanual en febrero, impulsadas principalmente por bienes de consumo y de capital, en un contexto donde la actividad aún no ha recuperado los niveles previos. “Estamos viendo cómo ingresa un volumen de productos que no guarda relación con la reactivación interna”, señaló.
Ferrazzini también subrayó el contraste entre la política local y la coyuntura internacional: “Mientras el mundo desarrollado redefine sus estrategias apostando al cuidado del empleo y a políticas de reindustrialización, Argentina se encamina hacia una apertura desregulada y anacrónica.” Recordó que potencias como Estados Unidos han decidido incrementar aranceles de forma generalizada, y que esta tendencia se replica en Europa y Asia, como parte de una lógica de protección del empleo y fortalecimiento de sectores estratégicos.
En este marco, el dirigente hizo foco en tres ejes clave que condicionan la competitividad sistémica del país.
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En primer lugar, se refirió a la presión impositiva, y explicó que Argentina encabeza el ranking regional en materia de carga tributaria; especialmente si se tiene en cuenta que, al ajustar por informalidad, la presión real sobre el sector formal asciende al 52%, con un sistema complejo y regresivo que castiga a las cadenas de valor industriales.
Luego, apuntó contra los costos laborales no salariales, y destacó que, aunque la industria formal paga 30% más que el promedio, enfrenta crecientes costos derivados de la litigiosidad y la incertidumbre jurídica. Señaló, en esta línea, que -en Santa Fe- los juicios laborales aumentaron un 29% interanual, a pesar de la mejora en los índices de siniestralidad.
Finalmente, lamentó la falta de acceso al crédito, y resaltó que el crédito bancario representa solo el 6% del PBI, en comparación con promedios regionales del 60%. Así, postuló, la falta de financiamiento adecuado limita la inversión y la expansión de la capacidad productiva.
En este contexto, Ferrazzini indicó que “no pedimos ventajas ni proteccionismo a ultranza, simplemente las mismas condiciones que tienen nuestros competidores en el mundo”.
Cerró su exposición refiriéndose a la situación de la provincia de Santa Fe, en la cual el 50% de los sectores industriales aún no recuperaron los niveles de producción previos a enero de 2024. “Sin un plan que acompañe la apertura con condiciones reales de competencia, se ponen en riesgo empleos de calidad y capacidades productivas estratégicas para el desarrollo del país”, concluyó.
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