¿Dónde ubicar tu sillón para potenciar el bienestar según el Feng Shui?
La disposición del mobiliario influye en el equilibrio emocional y la armonía del hogar. Descubrí cómo la ubicación del sillón puede ayudarte a crear un ambiente más relajado y propicio para el descanso.
En tiempos donde la búsqueda del bienestar emocional se convierte en una prioridad, cada detalle del hogar puede influir directamente en el estado de ánimo.
Según el Feng Shui, la antigua disciplina china que armoniza los espacios para lograr equilibrio y energía positiva, la disposición de los muebles no es un asunto menor. En especial, el sillón —uno de los elementos clave en cualquier sala— puede convertirse en un aliado para reducir la ansiedad y crear un entorno de calma, siempre y cuando esté ubicado estratégicamente.
El sillón como punto de energía
En el Feng Shui, el sillón no es solo un mueble decorativo o funcional. Representa un centro de energía donde el cuerpo descansa, la mente se relaja y el espíritu se recarga.
Por eso, su ubicación debe estar cuidadosamente pensada. Lo ideal es colocarlo en lo que se conoce como la posición de comando. Esto significa que debe estar ubicado de forma tal que permita ver la puerta de entrada sin estar justo enfrente de ella, y nunca darle la espalda.
Este principio básico ayuda a crear una sensación de seguridad inconsciente: ver quién entra o sale del espacio da al cuerpo una percepción de control, reduciendo así los niveles de alerta o tensión constante. En términos psicológicos, este pequeño cambio en el entorno genera una señal de confianza y reduce el estrés cotidiano.
Otro punto clave es que el respaldo del sillón esté apoyado contra una pared sólida. Esto brinda sensación de contención y protección, tanto física como simbólica. Evitar dejar espacios vacíos detrás del asiento también contribuye a disminuir la sensación de vulnerabilidad que puede estar presente de forma inconsciente.
Luz, circulación y orientación
Además de la posición frente a la entrada, el Feng Shui presta atención a la calidad de luz que recibe el sillón. Una sala bien iluminada con luz natural favorece el flujo de energía positiva. En cambio, los espacios oscuros o saturados de objetos pueden propiciar bloqueos energéticos que derivan en estados de inquietud o agobio.
Colocar el sillón cerca de una ventana o una fuente de luz tenue y cálida puede ser una buena alternativa, siempre cuidando que no quede expuesto a corrientes de aire, ya que esto también puede alterar la sensación de confort. Es importante que la energía pueda circular libremente, por eso hay que evitar amontonar muebles o dejar pasillos obstruidos.
En cuanto a la orientación, se sugiere que el sillón mire hacia el centro de la habitación o hacia algún punto visualmente placentero, como una planta, un cuadro armónico o una estantería ordenada. Mirar constantemente hacia una pared vacía, un rincón oscuro o un televisor apagado puede generar sensaciones de encierro o vacío emocional.
Colores y texturas que acompañan
El Feng Shui también contempla la influencia del color y los materiales en el estado emocional. En lo que respecta al sillón, lo recomendable es optar por tonalidades neutras o cálidas: beiges, grises suaves, verdes claros o tonos tierra. Estos colores invitan al descanso, transmiten serenidad y evitan la sobreestimulación visual.
En cuanto a las texturas, los tejidos suaves y naturales como el lino, el algodón o la lana ayudan a conectar con el confort. Evitar materiales demasiado fríos o sintéticos también es aconsejable. Cojines mullidos, mantas livianas o alfombras en sintonía con el entorno completan la escena ideal para una tarde tranquila.
Por último, mantener el orden es fundamental. Un sillón cubierto de ropa, papeles o cosas sin uso constante interrumpe el flujo de energía armónica. El desorden visual alimenta la confusión mental y puede intensificar la ansiedad. Convertir ese rincón en un espacio de pausa, donde leer, conversar o descansar, es una forma concreta de cuidar la salud emocional desde el interior del hogar.
En síntesis, el sillón, correctamente ubicado y acompañado de luz, orden y una intención clara de bienestar, puede transformarse en un refugio cotidiano frente al estrés. Aplicar estos principios del Feng Shui no solo cambia la estética del hogar, sino también la calidad de vida que se construye dentro de él.
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