Ni un mes ni un año: ¿cada cuánto deberías cambiar tu cepillo de dientes, según la ciencia?
La salud bucal depende en gran parte de la correcta higiene diaria. Expertos recomiendan renovar el cepillo cada cierto tiempo para evitar caries, enfermedades y acumulación de bacterias.
Mantener una rutina de higiene oral eficaz no solo depende de la técnica, sino también del estado del cepillo de dientes. Con el paso del tiempo, este utensilio fundamental pierde efectividad y puede convertirse en un reservorio de bacterias.
Según la Asociación Dental Estadounidense (ADA), el cepillo debe cambiarse cada tres o cuatro meses. “Reemplace los cepillos de dientes cada tres o cuatro meses o con mayor frecuencia si las cerdas están visiblemente enmarañadas o deshilachadas”, señalan desde la entidad, una de las más prestigiosas del mundo en el ámbito de la salud dental.
¿Qué factores influyen en su desgaste?
Además del paso del tiempo, es clave observar el estado de las cerdas. Si están abiertas, torcidas o han perdido firmeza, ya no cumplen su función de manera eficaz. La limpieza se vuelve menos profunda y se incrementa el riesgo de acumulación de placa bacteriana, lo que puede derivar en caries o gingivitis.

Empresas como Colgate coinciden con este criterio y agregan una recomendación extra: si estuviste enfermo recientemente, lo ideal es reemplazar el cepillo antes del tiempo estipulado, sobre todo si se guarda junto a otros cepillos, ya que puede contaminarse con facilidad.
¿Y los niños?
En el caso de los más pequeños, los expertos sugieren estar aún más atentos. Por lo general, los niños tienden a cepillarse con más fuerza, lo que acelera el desgaste de las cerdas. Por eso, el recambio en sus cepillos debería realizarse con mayor frecuencia para garantizar una higiene efectiva.
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