¿Por qué colocar una hoja de laurel detrás de la puerta atrae buenas energías?
Esta práctica, cargada de simbolismo, no solo se basa en creencias espirituales, sino que también está vinculada a las propiedades purificadoras de la planta.
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El laurel, conocido científicamente como Laurus nobilis, es una planta que ha sido apreciada desde la antigüedad no solo por sus propiedades culinarias, sino también por su simbolismo y beneficios en la medicina tradicional.
En diversas culturas, se le ha atribuido una serie de virtudes, tanto espirituales como físicas, lo que lo convierte en un objeto de culto en rituales y prácticas cotidianas.
Entre las costumbres populares más curiosas se encuentra la recomendación de colocar una hoja de laurel detrás de la puerta de entrada de las casas. Aunque para algunos esto puede sonar como una superstición, para otros representa una tradición con un profundo significado.
Amuleto protector
En muchas culturas, especialmente en el ámbito mediterráneo, se cree que el laurel tiene la capacidad de alejar las malas energías, las influencias negativas y hasta las personas con intenciones dañinas.
De ahí proviene la recomendación de colocar una hoja de laurel detrás de la puerta. Este sencillo gesto estaría orientado a proteger el hogar, funcionando como un amuleto que actúa como barrera frente a energías indeseadas.
Según algunas creencias, la hoja de laurel es capaz de crear un "campo protector" que preserva la paz y la armonía dentro de los hogares, al mismo tiempo que aleja las malas influencias externas.
El laurel ha sido utilizado en ritos de purificación desde la Grecia y Roma antiguas. En estas civilizaciones, la planta se asociaba con la protección y la sabiduría, pues se decía que Apolo, el dios griego de la música, la profecía y la curación, se protegía y adornaba con coronas de laurel,
Esta conexión con la protección y el conocimiento fue trasladada a diversas tradiciones populares. Así, colocar una hoja de laurel detrás de la puerta simboliza no solo una protección física contra el mal, sino también una protección mental y emocional.
El Litoral
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